En un salón de actos en las afueras de Moscú está sucediendo algo inusual.

Un grupo de mujeres critica públicamente a las autoridades rusas. Sus maridos se encuentran entre los 300.000 reservistas movilizados por el presidente Vladimir Putin para la guerra en Ucrania en el otoño de 2022.

Y los quieren en casa, según publica en un artículo de la BBC, Steve Rosenberg, editor de Rusia.

«¿Cuándo se considerará que nuestros maridos han cumplido con su deber militar?» pregunta María. «¿Cuando los traigan de regreso sin brazos ni piernas? ¿Cuando no puedan hacer nada porque son sólo vegetales? ¿O tenemos que esperar a que los envíen de regreso en ataúdes de zinc?».