WASHINGTON (AP) — El líder de la minoría en la Cámara de Representantes, Kevin McCarthy, parece haber encontrado una estrategia para gestionar al puñado de legisladores republicanos que han provocado escándalos por sus comentarios violentos, racistas y en ocasiones islamófobos.

Si no puedes, controlarlos, asciéndelos.

La senda al poder para los congresistas republicanos está ahora vinculada a su capacidad para generar indignación. La alarmante retórica, y la creciente recaudación de fondos que provoca, es otro ejemplo de cómo el expresidente Donald Trump ha dejado su huella en la política y cambiado la forma en la que los republicanos ganan influencia y autoridad.

El éxito en el Congreso, que antes se medía por las leyes aprobadas y los votantes a los que se llegaba, ahora se valora en muchos aspectos por la capacidad de llamar la atención, aunque sea negativa, mientras el Partido Republicano intenta recuperar la mayoría en la cámara baja movilizando a los defensores más férreos de Trump.