Por: Claudio Acosta
Las recientes declaraciones del senador estadounidense Benjamin Cardin, vicepresidente del Comité de Relaciones Exteriores del Senado de EE. UU., en las que critica que el gobierno dominicano solo persiga por corrupción a miembros de la oposición son producto del lobismo, como algunos sospechábamos, lo que por supuesto no es gratis y se paga en dólares. Según lo publicado ayer por Diario Libre un hijo del ministro de Hacienda Donald Guerrero, acusado por el Ministerio Público de pertenecer a una red de corrupción que habría estafado al Estado con más de 40 mil millones de pesos, es quien está moviendo esos hilos a través de una organización llamada Fondo de Liderazgo Hispano (Hispanic Leadership) que desde Estados Unidos difunde informaciones sobre la observación de los derechos humanos y el manejo judicial de los casos de corrupción en República Dominicana, entre las que hay que incluir la denuncia sobre la detención supuestamente arbitraria del exprocurador Jean Alain Rodríguez.
Eso convierte sus declaraciones en una defensa indirecta del exministro de Finanzas, lo que por vía de consecuencia también puede decirse de los que aquí le siguieron la corriente haciéndose eco de sus afirmaciones, que en otros tiempos habrían sido calificadas de injerencistas. Es por eso que uno se pregunta si esa clase de pronunciamientos influyen en el ánimo de los jueces, haciendo que abandonen la valoración de las pruebas presentadas por el órgano acusador.
El hecho de que se inviertan recursos, y no pocos, en sacar los procesos por corrupción de los tribunales para llevarlos a la opinión pública y restarles legitimidad, lo que trata de hacer desde Washington el senador Benjamin Cardin, indica que algo se espera conseguir con esa estrategia aunque no lo estemos viendo. Talvez nos ayuden a entenderlo mejor los abogados, que son los que siempre ganan en estos procesos, pues cobran muchísimo dinero y ni siquiera están obligados a garantizar los resultados que desean sus clientes.