Hoy se conmemora el 207 aniversario del natalicio de Francisco del Rosario Sánchez, Padre de la Patria Dominicana, junto a Juan Pablo Duarte y Ramón Matías Mella.
Sánchez nació el 9 de marzo de 1817 y falleció el 4 de julio de 1861. Fue un abogado, político y activista dominicano. Miembro de «La Trinitaria», sociedad secreta separatista, en 1844 lideró un alzamiento contra Haití y el 27 de febrero de ese año proclamó la independencia de la República Dominicana.
Al igual que otros trinitarios, Sánchez fue apartado del poder y desterrado una vez alcanzada la independencia. Con la amnistía de 1848 pudo regresar al país, y a lo largo de la siguiente década desempeñó diversos cargos públicos. En 1861 entregó su vida en la lucha para evitar la anexión de la República a España.
Sánchez, líder y estratega político de la guerra dominicana contra la ocupación haitiana, tomó las riendas de la lucha tras la ausencia de Duarte y proclamó la independencia en la Puerta del Conde el 27 de febrero de 1844.
Su convicción a favor de la libertad del país y su oposición contra la anexión propuesta por Pedro Santana, le costó varios exilios y la muerte el 4 de julio de 1861.
Las razones principales por las que se reconoce a Francisco del Rosario Sánchez como Padre de la Patria radican, principalmente, en sus méritos como trinitario y en haber leído la proclama que declaraba el nacimiento de la República Dominicana. El 27 de febrero de 1844, Sánchez fue el encargado de leer la declaración en el baluarte de San Genaro (hoy puerta del Conde). Presidió luego el gobierno provisional (la Junta Central Gubernativa), hasta ser desplazado por Tomás Bobadilla.
Con la llegada a la presidencia de la flamante República del terrateniente conservador Pedro Santana (1844-1848), cuyas tropas habían logrado en marzo rechazar un ataque haitiano, los trinitarios quedaron apartados del poder, y Francisco del Rosario Sánchez, al igual que Juan Pablo Duarte y Ramón Matías Mella, hubo de partir al exilio. Con todo, la independencia quedó consolidada, y bajo la presidencia de Manuel Jiménez (1848-1849) se decretó una amplia amnistía que permitió a Sánchez regresar al país y desempeñar importantes cargos públicos.
Firmemente determinado a restaurar la República, el 1 de junio de 1861, tres meses y medio después de consumada la anexión a España, Francisco del Rosario Sánchez entró a territorio dominicano en compañía de José María Cabral y otros. Su intentona duró poco más de un mes: víctima de una traición, fue capturado en una emboscada y fusilado en San Juan de la Maguana el 4 de julio siguiente, junto a una veintena de compañeros de armas.
Fallecía así a manos de sus conciudadanos un luchador insobornable, cuyos elevados ideales patrióticos perduran en su producción escrita. El 20 de enero de 1861, cuando era evidente que Pedro Santana y los suyos entregarían la soberanía del país, Sánchez lanzó una proclama en la que afirmaba: «Pero si la maledicencia buscare pretextos para mancillar mi conducta, responderéis a cualquier cargo diciendo en alta voz, aunque sin jactancia, que yo soy la bandera dominicana». Antes, el 16 del mismo mes, había justificado lapidariamente su lucha en una carta a Damián Báez: «Mi patria está vendida. Esto basta».