Estados Unidos recibió este martes su primera tormenta invernal del año, con fuertes vientos, tornados y nevadas que azotaron especialmente al centro y sureste del país y que dejan al menos tres muertos y cortes de electricidad que afectan a unas 300.000 personas.

Según medios locales, ha fallecido una persona en el condado de Clayton (Georgia) al caer un árbol sobre el parabrisas de su vehículo; mientras que se han cobrado dos vidas sendos tornados en comunidades de viviendas prefabricadas, una en el condado de Catawba (Carolina del Norte) y otra en el condado de Houston (Alabama).

La tormenta afectó gravemente al estado de Florida, donde, a mediodía, 92.935 personas se habían quedado sin electricidad; también se vieron sin luz los ciudadanos de Carolina del Norte (63.853), Georgia (62.497), Pensilvania (47.967) y Alabama (32.389), según datos de PowerOutage.

Las principales amenazas son las fuertes ráfagas de viento, el granizo y los tornados; estos últimos mantienen en alerta el norte de Florida, el sureste de Georgia y gran parte de Carolina del Norte.

De hecho, el Servicio Nacional de Meteorología ya reportó múltiples tornados en Florida, y los servicios de emergencia informaron de «importantes daños» en algunas localidades como Panama City Beach o Bay County, donde se llegaron a derrumbar algunas viviendas y donde se cortaron carreteras.

Por otro lado, fuertes nevadas cubrieron anoche las áreas que van desde el norte de Texas hasta los Grandes Lagos, cerca de la frontera con Canadá, dejando a 18 millones de personas bajo alerta por la nieve hoy.

Hasta ahora, más de 40 millones de personas en Estados Unidos se encuentran en alerta grave por la tormenta, de acuerdo al Centro de Predicción de Tormentas, y alrededor de la mitad de la población está en alerta por las fuertes ráfagas de viento, que se extienden por el sur y el noreste.