Juramentaciones

Ene 29, 2024

Claudio Acosta

Este país será otra cosa, y la política también, el día que los políticos dejen de presentar las juramentaciones de miembros de otros partidos, como estamos viendo en estos días de zafra electoral, como si se tratara de un acontecimiento digno de ser destacado, resaltado y aplaudido cuando en realidad es todo lo contrario, pues lo que se está destacando, resaltando y aplaudiendo es uno de los peores vicios de la política dominicana, demasiado centrada en el arribismo, en alcanzar el poder sin importar lo que cueste ni los aliados que te acompañen en la persecución de ese objetivo supremo.

Y como a estas alturas ya no hay diferencias ideológicas ni doctrinarias significativas entre nuestros partidos políticos más allá de las siglas y los colores que los identifican, se facilitan las cosas, pues basta con cambiarse la chaqueta y acudir a la juramentación, mientras más cacareada y publicitada mejor, con la que oficializa su ingreso a su nueva casa, donde es recibido con los brazos abiertos y una sonrisa de oreja a oreja por sus flamantes compañeros.

Es por eso que en esas juramentaciones los recién llegados no necesitan explicar demasiado las razones por las cuales decidieron hacer la mudanza y buscar nuevos horizontes políticos, una metáfora tan gastada como mentirosa pero que todos fingen creer para que el espectáculo pueda continuar y no se quede nadie sin bailar en la llamada la fiesta de la democracia, para la que apenas faltan unas cuantas semanas.

De esa fiesta, una vez la JCE termine de contar los votos y declare abierto el derecho al pataleo, cada quien hablará “a según” como le fue, incluidos los que se montaron en la guagua en la última parada aprovechando la oportunidad que se les presentó, que si se encuentran entre los ganadores hicieron un gran negocio. A quien Dios se lo de que San Pedro se lo bendiga, pero debe quedar claro, para que luego no vengan las quejas y reclamaciones, que cuando los políticos hacen esa clase de negocios los votantes siempre salimos perdiendo.