AUSTIN.- Un migrante está muerto, otra está herida y al menos siete languidecen en centros de detención tres semanas después de que dos hermanos supuestamente les dispararon en el desierto de Texas, pensando que eran jabalíes, según dijeron.

Los imputados, Michael y Mark Sheppard, de 60 años, dos hermanos mellizos que trabajaron con las fuerzas policiales locales, sin embargo, fueron liberados inicialmente tras el pago de una fianza de medio millón de dólares. Se los acusa de homicidio involuntario.

El episodio causó conmoción entre los sobrevivientes y activistas, que dicen que su detención viola directivas del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (conocido por sus siglas en inglés, ICE) según las cuales se debe tomar en cuenta el hecho de que los migrantes fueron víctimas de un delito que cooperaron con las autoridades al decidirse si se los libera o no.