TAIPÉI, Taiwán. — La contundente estrategia de “tolerancia cero” que China ha empleado para mantener bajo el número de casos de COVID-19 y proteger a su economía ha complicado la situación y puede hacer más difícil que el país salga de la pandemia.

La mayoría de los expertos dicen que el coronavirus no va a desaparecer en todo el mundo y que al final podría convertirse, como la gripe, en una amenaza persistente —pero generalmente manejable— si suficientes personas se vuelven inmunes a través de infecciones y vacunas, según la agencia de noticias AP.

En países como Gran Bretaña y Estados Unidos, que han tenido restricciones comparativamente leves contra la oleada de la variante ómicron, hay un rayo de esperanza de que el proceso pueda estar en marcha.

Los casos se dispararon en las últimas semanas, pero desde entonces han disminuido en Gran Bretaña y pueden haberse estabilizado en Estados Unidos, tal vez porque la variante extremadamente contagiosa se está quedando sin gente para infectar. Algunos lugares ya están hablando de aliviar las medidas preventivas de COVID-19.