Fuera de Récord

Ago 25, 2021

Por Elvis Lima 

Concertación Necesaria

El diálogo y la concertación con los sectores vivos en la República Dominicana se han convertido en los últimos años en un elemento de participación colectiva, para los presidentes de turno, a la hora de lograr una serie de conquistas que de una forma u otra sirvan de plataforma para determinadas situaciones.

Si nos vamos un poco más atrás, vemos que por ejemplo en la  última década del siglo pasado, y en lo que va de la actual, los llamados Diálogos Nacionales han servido hasta para análisis en las ciencias sociales, sociólogos, politólogos y demás. Tanto así que, desde finales de los ochenta y principios de los 90 se venían realizando experiencias de discusiones y consultas sobre cómo debe desarrollarse el país. Uno de los casos más sonoros, fue en 1997, cuando el entonces presidente Leonel Fernández convocó mediante el decreto 489-97 el Diálogo Nacional, en procura de resolver los problemas que tenía el país en ese momento, teniendo como vocero, a Monseñor Agripino Núñez Collado. Los resultados para aquel entonces fueron muy pobres en comparación con las expectativas que se habían creado.

Ahora, tenemos una situación parecida, con la diferencia de que en aquella época, la sociedad civil era mucho más fuerte, tenía una credibilidad que no la tiene ahora.

Traigo el tema a colación, porque el escenario está preparado para el próximo lunes 30, fecha en que el presidente Luis Abinader ha convocado a las fuerzas políticas, para a través del Consejo Económico y Social (CES),  analizar las 12 reformas planteadas por el mandatario.

Lo que significa, que del nivel de concertación que se logre en estos encuentros dependerá el éxito de esta convocatoria, donde cada actor debe jugar su rol, si en verdad le interesa el bienestar de la República Dominicana. Si fracasa esa iniciativa, sería una derrota de los partidos de oposición, que dejaron a un lado los intereses del país, para pensar en sus intereses partidarios. Aquí después del lunes 30 habrán dos caminos: Los  que están del lado de la historia para que el país avance, o los que quieren el retroceso para pescar en mar revuelto.