El presidente Joe Biden dijo que Estados Unidos ve la muerte de 1,5 millones de armenios hace más de 100 años como un genocidio, lo que aumenta las tensiones con Turquía, un aliado de la OTAN.

La declaración del mandatario, en el 106 aniversario de una campaña brutal del antiguo Imperio Otomano que mató a 1,5 millones de personas, reflejó el compromiso de su administración con los derechos humanos, un pilar de su política exterior.

También es una ruptura con los predecesores de Biden, que se mostraban reacios a enfurecer a un país de importancia estratégica y desconfiaban de dirigir su liderazgo hacia adversarios estadounidenses como Rusia o Irán.