En la capital de República Dominicana se encuentran las edificaciones más antiguas de todo el continente. Aquí una breve muestra de la resistente arquitectura dominicana como la primera catedral del suelo americano: la Primada de las Indias.

La fe religiosa española debía declarar que había llegado al Nuevo Mundo y para demostrarlo, nada mejor que fundar un templo.

Irguiéndose como inmutable vigilante, la Fortaleza de Santo Domingo, Fortaleza Ozama o Castillo de la Fuerza, ha visto pasar ya cinco siglos. El propio Nicolás de Ovando fue quien promovió su construcción que comenzó también en 1502. La parte más antigua de la fortificación es la Torre del Homenaje, que ya cuenta con más de 510 años de edad.

Junto a éste sería consolidado el Fuerte de Santiago, que hacia mediados del siglo XVI se colocó como la parte exterior del cinturón defensivo con sus robustas piedras encargadas de resistir los embates de los piratas que asolaban a los recién conquistados dominios españoles.

Sí; como era de esperarse, las primeras oficinas —al estilo europeo— también aparecieron aquí. Para los españoles, era indispensable asentar la administración de la isla. También tocó al atareado Ovando proponer un edificio que concentrara a las primeras instituciones americanas.

Iniciado hacia 1508 se le denominó Casas Reales y, agruparía a la «Real Audiencia, la Contaduría General y el Palacio de los Gobernadores y Capitanes Generales. Otros documentos sugieren también el uso de la Casa de Contratación y Casa de Fundación». En contraste con su austera apariencia exterior, los interiores muestran hermosos techos artesonados, bellos pisos y una variedad de objetos de interés artístico e histórico sobresaliente.